Cada día tienen más presencia los servicios privados de salud. Los recortes que estamos sufriendo en los servicios públicos suponen recortes en prestaciones y un menoscabo en la calidad de las mismas, al reducir recursos humanos y materiales, al alargarse las listas de espera hasta el aburrimiento o hasta la muerte… y un largo etc. A todo este ataque a la sanidad pública, debemos añadir las privatizaciones más o menos descaradas que se han llevado a cabo en ciertas CCAA, lo que supone un aumento del caudal de clientes hacia aquéllas empresas de seguros privados que les ofrecen lo que la sanidad pública hoy ya tiene muy difícil seguir proporcionando. Los servicios privados de salud son empresas que, no nos engañemos, entienden la salud y la enfermedad de las personas como un negocio. Y un negocio altamente lucrativo, por cierto; sólo hay que ver la proliferación de compañías y los minutos que compran en publicidad en todos los medios. Aunque éste no es el tema que me trae hoy a escribir en este espacio.
La publicidad de esos servicios privados de salud nos destacan en anuncios/spots hartos sesudos y grandilocuentes sus muchas ventajas y prestaciones, presumiendo siempre de la calidad, humanidad, profesionalidad, simpatía, cercanía, predisposición… de su cuadro médico: sus dentistas, cirujanos, psicólogos o psiquiatras, sus pediatras, tocólogos e internistas… pero nunca dicen ni una palabra, ni una, de sus profesionales de enfermería. Ni una.
Si nos quejamos, en general, de que los enfermeros somos invisibles en la sanidad pública o en los servicios residenciales, imaginen lo inexistentes que son para la gran mayoría de la población las enfermeras de la sanidad privada. Las «consultas de enfermería» se reducen a salas de curas en las que se hacen curas de heridas y se administran inyectables… y poco más. No veo en el cuadro de prestaciones de los servicios privados de salud consultas de enfermería para enfermos crónicos. Si las hay, no se hace hincapié en su existencia y en las posibilidades que podrían aportar en la asistencia a los asegurados, en forma de unos cuidados que solo enfermería proporciona. En las consultas privadas para el cuidado de crónicos atiende un médico de la especialidad que sea, pero no te atiende en consulta una enfermera. Quizá para la sanidad privada no son necesarias, no hay otra explicación.
Esto me deja de manifiesto que la asistencia que proporciona la sanidad privada está coja, dado que resta a sus asegurados una parte importantísima del cuidado de sus clientes tanto sanos como enfermos. Vemos en las consultas privadas a una mujer o un hombre tras una mesita en la entrada, a modo de recepción, que te va llamando según llega tu turno, que se lleva las broncas si el médico tarda mucho o su cita no aparece y que le lleva al médico las botellitas de crioterapia, el papel de la impresora y todo lo que el médico precise para el buen curso y devenir de su consulta. Muchos llaman a esta persona en la mesita de la entrada «enfermera/o», pero estoy absolutamente convencida de que en muchos casos no lo son. Son administrativos o auxiliares de enfermería o ninguna de las dos cosas. Que el sistema privado centre la calidad de su atención a solo una pata de la mesa, dice mucho de esa supuesta calidad de atención que pretenden proporcionar. Los cuidados que proporciona enfermería están ausentes, tanto para enfermos agudos, como crónicos, como a usuarios sanos.
¿Y en las plantas de hospitales y clínicas privadas? ¿Cómo es la atención que se proporciona por parte de los enfermeros que conforman su plantilla? ¿Hacen enfermería asistencial con planes de cuidados concretos aplicados en base a diagnósticos de enfermería… o solo realizan tareas y técnicas, en base a lo que vaya surgiendo, tareas basadas en las cosas necesarias que hay que hacer para cumplir un tratamiento solo médico?
Me da que los seguros privados establecen un protagonismo único. Por supuesto, están en su derecho, porque ellos venden un producto —nada barato, por cierto— y necesitan atraerse clientes siguiendo unas técnicas de marketing concretas. Al usuario le digo…: muy bien, su cuadro médico es de primera, las habitaciones de sus hospitales son lujosos como hoteles, su servicio de restauración es la caña, pero… y su personal de enfermería, ¿cómo es? Porque el médico hará lo suyo, operará, pondrá su tratamiento…, y se marchará; pero quién le cuida de verdad las 24 horas del día es el personal de enfermería (enfermeras y TCAE) …y yo los quiero bien preparados, que sean buenos profesionales… ¡los mejores! ¿Cómo son estos profesionales en la asistencia privada?, ¿cómo trabajan?, ¿tienen experiencia… siguen protocolos basados en evidencias o solo obedecen órdenes terapéuticas sin más aporte por su parte?, ¿qué criterios…valoran? ¿Su plantilla es la suficiente? ¿Qué ratio enfermero/enfermo-usuario se plantea? ¿Existe alguna normativa en este sentido? ¿Les importa, acaso, las condiciones en que trabajan sus profesionales de enfermería?
En fin. En la asistencia privada, más que en cualquier otro sitio, la labor de la enfermería es INVISIBLE: se obvia, no se explica, no se expone, no se nombra, pero es tan necesaria e imprescindible como lo es en la sanidad pública. Este aspecto de sus prestaciones, tan importante y fundamental, es algo que se les olvida a muchos gerentes incluir en sus pastelosas campañas de marketing, y es, en cierto sentido, lamentable porque para que un trabajo sanitario salga bien, sus enfermeros y la labor que llevan a cabo son imprescindibles. Y su trabajo debe ser algo que también venda, que atraiga clientes, que produzca satisfacción, que sea de calidad… porque los únicos que están con esos clientes las 24 horas del día, son ellos, los profesionales de enfermería y su labor solo la llevan a cabo ellos.
No olvidemos que el trabajo en la sanidad, sea esta pública o privada, es un trabajo en equipo… multidisciplinar.
Lola Montalvo @Lolamont
Me da que poco o nada has visitado hospitales privados para hacer semejante crítica, porque decir que no se siguen planes de cuidado es una auténtica barbarie. Soy enfermero en hospital privado y te digo que tenemos más carga de trabajo, más control y más auditorias de lo que te piensas. Aquí no todo es ir de congreso cada semana, el paciente importa y no se mira si es publico o privado, los enfermeros sabemos cuales son nuestras tareas, me parece un ataque muy gratuito a los que trabajamos en hospitales privados, porque recibir formación recibimos, cursos, quizá ganemos menos dinero, pero eso no lo es todo.
Te agradecería, Ramón, que leyeras despacio el artículo. Te darías cuenta de que no ataco. Mi intención es defender la labor de los enfermeros de la privada.Que haga preguntas no significa que afirme que no se llevan a cabo programas planificados. Mis preguntas son para los gerentes, que no hablan de la labor de enfermería y lo fundamental que es para la recuperación de todo enfermo ingresado.
No hay ni una línea ni una coma que cuestione el trabajo de la enfermería privada. Al contrario. No tienes motivos para sentirte molesto. O eso creo…
Si aún así te molesta algo de lo que he escrito, te pido disculpas, pero sería más bien porque no me he expresado tan claro como pretendía.
Mi objetivo es reivindicación de la labor enfermería en el ámbito privado.
Un saludo
Pues estoy con Lola. No se oferta porque se está convencido de que lo que busca el paciente es un especialista de prestigio y no valora lo nuestro. Al margen de que sean tan buenas enfemeras unas como otras.
Sólo cuando la población valore la necesidad de cuidados de calidad se hará publicidad de este servicio en los privados.
El paciente no lo demanda porque no ve su trascendencia porque nuestra profesión no lo ha explicado debidamente. Un poco lo de siempre.
Cierto Lola, después he leido el artículo nuevamente, aunque me deja algo indiferente, eso si, y te lo digo con rotundidad, en la privada, para los supervisores y para los gerentes somos un NÚMERO, no eres una persona, eres un número que debe hacer las horas que le tocan más las extras de diversos fulanitos, y no digas no que hay 1000 a la puerta esperando. Que me gusta mi trabajo, si, me encanta; que estoy quemado con 3 años en la privada? Si, y con 1 también, porque ante todo somos personas.
Ramón, hacéis un trabajo sacrificado, nada reconocido y muy mal pagado. Quería daros un poco más de visibilidad, de mostrar lo mucho que hacéis y que gracias a vuestra labor otros se llevan el lustre y las medallas. No sé si lo he conseguido, pero seguiré insistiendo. En fin.
Un abrazo
Me hace recordar las veces que llevé a mi hija para tratamientos odontológicos mayores y llamaban enfermeras a quienes auxiliaban al dentista. Siempre quise preguntar si realmente eran enfermeras y me quedé con la duda. Es esa la visibilidad que hacemos -tenemos? Podrían llos colegios hacer algo?
Hola Lola, he tenido un poco la misma sensación que Ramón. Aunque comprendo el sentido de tu entrada creo q has estereotipado a las enfermeras que trabajamos en la privada, aunque sea para despertar a los gerentes durmientes y ciegos. Puedo decirte que la defensa, mejor aún, la reivindicación del papel de la enfermera como pilar fundamental e imprescindible ha sido una constante en mi hospital, que han sido creadas desde figuras como las enfermeras gestoras, enfermeras referentes en registros, en acompañamiento al duelo, en dolor… gracias a una Dirección que ha creído en nuestro potencial y que siempre ha hecho de nuestro lugar dentro del proceso asistencial un auténtico manifiesto. Que después nos hemos quedado a las puertas por la consabida tiranía de la economía, es cierto; que sufrimos ratios asfixiantes y un cierto desconcierto interdisciplinar y hasta organizativo, también. Pero ni la «visión que tenemos» de la enfermería de la sanidad pública es real (funcionarial, impersonal, hedonista, prepotente), ni la que has expuesto es la visión de la enfermería de la sanidad privada (inexperta, sumisa, ayudante de cámara, improvisadora). En alguna ocasión ya expuse el «confrontamiento» entre dos enfermerias inexistentesn. Yo soy el mismo en la sanidad publica que en la privada, un enfermero, a secas.
Con cariño, Lola
Discrepo de tu visión, mi querida Lola. Yo hice mis prácticas en una clínica privada y a día de hoy, aún echo de menos su nivel; los seminarios para enfermería,las sesiones con los médicos, los intercambios de profesionales con otros países, etc. Para nada una enfermera fue lo que tu reflejas en este post. Si bien, es cierto que con los años pude darme cuenta de que durante aquellos años fui una privilegiada.
Allí la Enfermería es un eje fundamental. Se nota y reconoce. Volví a un congreso 25 años después y ahí estaban: dejando el listón muy alto.
Sólo quería dejar mi visión. Generalizar siempre es injusto.
Dejo este video… a modo de recuerdo.
El vídeo, que no lo enlacé. Muy en consonancia con estas fechas.
Gracias a todos los que cuidáis de los demás.
https://youtu.be/cfevpZaEWpk
Querida Ana, claro que las generalizaciones son injustas, pero por desgracia, en este caso predomina lo que yo expongo, que lo que tú viviste, siempre con una gran suerte. Sé que eres una magnífica enfermera y probablemtne lo seas por la magnífica formación que has recibido.
Lo que expongo lo he sacado de varias fuentes:
-mi experiencia como enferma en el sistema privado: visto todo de primera mano…
-experiencia como familiar de un enfermo que solo fue al sistema privado y que murió en un centro privado… de primera, primera mano
-lo que compañeras mías enfermeras me han relatado una vez y otra durante años. Cierto, esto es de segunda mano, pero esas enfermeras que tanto me contaron, me merecen tanta credibilidad como tú mi querida amiga.
De todos modos, te agradezco, por supuestísimo, que resaltes la labor que en algúncentro privado pueden desarrollar las enfermeras.
Ojo, que no digo que no trabajen de forma plena y satisfactoria proque no quieran, es que la mayor parte de los centros que conozco y de los que tengo referencias directas centran su atención en un solo profesional, supeditando de forma secudnaria al resto en pro de la labor de ese único profesional.
Gracias siempre, Ana!