Declaro mi conflicto de intereses como Especialista en Enfermería Familiar y Comunitaria y Presidenta de ASENEST, a partir de aquí, mi opinión.
Me fijo a mi alrededor en otros colectivos, sanitarios o no, y su visibilidad social y política. Y veo, que aquellos más visibles son aquellos que se han formado en un campo, lo dominan y se dedican a él. Un cardiólogo, epidemiólogo, o incluso un político o un artista, que lleva 20 años dedicado a una tarea es referente entre los suyos y los ajenos. Me cuesta, sin embargo, encontrar referentes entre los recién llegados. Referentes de la canción: Sábina, Serrat, Fito, Metallica, Rollin, Medina A, Los Suaves, Extremoduro, Héroes, Alejandro Sanz,…en todas las categorías se repite. En general ninguno hace un disco este año, dentro de dos publican un libro, y de cuatro una película, dentro de 10 otro disco y de 15 una exposición de cuadros,…. Honestamente, creo, que a menos que el artista en cuestión sea un genio tipo Mozart, no hay reconocimiento que resista ni carrera que aguante semejantes desvaríos entre las ramas del arte; tampoco entre las ramas del cuidar. No hay un » hoy pongo un Stent» y mañana «sondo a un paciente con H. de próstata» y pasado cuido de un bebé con EHP,… Ah, qué sí.
En un área de salud todos conocemos a «Pepito», el pediatra, médico de familia, endocrino, trauma,…que lleva más de una década o incluso dos, atendiendo específicamente un tipo de tareas. Los demás profesionales, y la sociedad a la que atiende, saben quién es, cómo atiende, qué le gusta o le disgusta, si tiene la sala de espera hasta arriba y siempre toca esperar, o si es de los que te hace un hueco si vas sin cita, si es más o menos simpático, si trabaja bien, resultados… Entre enfermería lo primero que nos preguntamos es Qué tal, por dónde andas? Complicado así ser visible o referente de nada. Y esto se da hace décadas, antes de » la crisis».
Como digo, me cuesta encontrar referentes entre los recién llegados. Es duro y difícil hacerse una carrera y un nombre, máxime cuando los periodos de contratación son tan efímeros entre los de menos de una década de experiencia; y entre los de más de dos décadas, o tres, se da un impulso por cambiar de campo, normalmente pasar del hospital a la primaria. Sumamos a los aspectos anteriores que los periodos no tienen porqué ser en la misma especialidad, y tenemos el campo abonado para que el que «mucho abarca poco aprieta».
Compañeros como los de «Con L de Enfermera» lo han mencionado en sus post.
Compañeras, todas hemos vivido los cambios, el no saber quiénes son los compañeros del servicio; a quién dirigirnos ante una duda concreta; a quién y cómo derivar; cómo son los protocolos; dónde están las cosas; horarios y rutinas; práctica basada en la evidencia que debe sustentar todo nuestro hacer en esa situación concreta; cómo funcionan los programas informáticos de cada sitio, unido a la obligación legal de registrar. Realmente creéis que nos compensa ese estar «como pollos sin cabeza» de una especialidad a otra, de geriatría a pediatría, de urgencias a deshabituación tabáquica grupal, de poner un PICC a explicar a un niño y sus padres una bomba de insulina,… en serio nos compensa «ser chicas para todo»? a cambio de qué lo hacemos? y las vinculaciones y repercusiones legales de nuestras actuaciones?
Sé de muchos intereses para que enfermería siga siendo ese fantasma que nadie ve, que lo mismo da que sea María que Juan con tal de que alguien esté por el servicio. Pero, y a nosotras? qué nos hace a nosotras permitir el estar de aquí para allá sin asentarnos y ser referentes visibles de nuestro campo?
Recuerdo algo que me marcó, una enfermera con 20 años en la UCI cardiológica de un gran hospital de Madrid, lloraba amargamente cuando vino en su traslado a un centro de salud. Por qué se permite el sistema de salud perder a una profesional que con solo mirar a un paciente ya sabía más que cualquier otro analizando los aparatos más complejos? Por qué una persona con 58-60 años y la que le quedan 5-7 años para jubilarse decide dejar un sitio en el que al fin era reconocida a nivel social y profesional por ir a un sitio del que no sabe nada: ni las visitas domiciliarias, ni la aplicación informática, ni el calendario vacunal…? y no, no fue el placer, sus lágrimas no eran de eso. Acaso no se puede idear una fórmula que evite perder todo ese conocimiento y esa Enfermería Visible y referente ? Y es que, como dice nuestro refranero «Más sabe el diablo por viejo que por diablo» sobre la experiencia.
Sería interesante el análisis de lo mismo enfocado hacia los pacientes y sus repercusiones en salud, y sus repercusiones en nuestra docencia a pregrado. Y porque aspiro a que seamos lo mejor, por los pacientes, y por nosotras mismas, os dejo con otra de las grandes en lo suyo.
Tina Turner «You’re simply the Best»
Alicia Negrón
@Alicia82mad
Enfermera Familiar y Comunitaria
C.S.Castroviejo, DA Norte, Servicio Madrileño de Salud.
Qué gran verdad y cuánta razón en esta reflexión,Alicia. Hay que pensar en todo esto,y si el cambio depende nosotras,ya está bien de mirar a otro lado o simplemente ser conformistas. Luchemos por nuestra visibilidad y nuestro reconocimiento. Gracias por compartir este enlace. Yo voy a trabajar por ello,de todas las maneras posibles.
Gracias Alicia por esta reflexión que me parece muy oportuna y adecuada. Tal y como comentaba en un Tweet en relación a este asunto, las enfermeras (como colectivo) desperdiciamos talento día a día, y esto, sencillamente, no podemos permitirlo.
Hablas en el post de referentes. Referentes tenemos, pero… ¿los conocemos? El problema, tal y como expresas en el post, es que somos tocamos «tantos palos» que es difícil que una enfermera referente en un área determinada sea conocida en el «mundo mundial»… Y no te hablo solo de ser visible antes lo ciudadanos, sino también dentro del propio colectivo. Porque esa es otra. No se si será la «violencia horizontal» de la que hablamos constantemente, el pasotismo o el «cada uno a su bola», que no somos capaces de alegrarnos cuando vemos que una enfermera progresa y es capaz de convertirse en referente y ayudar a los demás (Y esto, en las redes sociales también pasa…).
Aún así, no quiero ser pesimista. Todo va cambiando, poquito a poco, pero cambia. Estoy seguro de que en unos años (deseo que no sean muchos), la enfermeras ocuparemos el sitio que merecemos, tanto en reconocimiento social, como profesional, dentro y fuera del colectivo. ¿Cómo? Investigando, Innovando, acercándonos a los ciudadanos y defendiendo (en diferentes ámbitos) la visión enfermera y de los cuidados en los sitios donde tenemos que hacerlo.
Particularmente, estoy en ello. Y se que tú, también.
Un abrazo querida Alicia!
Buenas tardes, Alicia.
Me encuentro comprendido dentro de ese comentario, aunque a medias. Y digo a medias en la medida en que he salido de Unidad Coronaria para trasladarme a Holter cardiológico.
He notado el cambio, ¡qué duda cabe! Antes estaba con pacientes y ahora trabajo con usuarios. Pero, efectivamente, sigo con el Corazón, en este caso analizando la frecuencia, el ritmo, intervalos, eje eléctrico, hipertrofias y señales de cardiopatía isquémica.
Desde luego que no me quejo del trato, ya que todos los usuarios, de cualquier edad y sexo son respetuosísimos, y valoran, sobre todo, el trato y la información que le puedes dar, teniendo en cuenta la capacidad para asumirla y la gravedad o no del trastorno eléctrico del Corazón.
Lo cierto es que se van mucho más tranquilos, sobre todo teniendo en cuenta que la información médica sobre el registro la esperan del médico, al menos la mayoría, ya que quienes están «dentro», es decir, las Profesiones Sanitarias suelen aceptar que la información está en sintonía con su clínica.
En definitiva: así, tal cual se trabaja de un tiempo a esta parte, será imposible que la ciudadanía reconozca la labor de la Enfermera, entre otros motivos, por ese: hoy están aquí y mañana allí.
Nadie, viendo estas situaciones, nos podrá tener en cuenta, porque son conscientes que cambiamos tanto de especialidad que no merecemos su «crédito».
Me alegra saber que existen compañeras capaz de escribir sobre estos temas. Aunque en muchísimas ocasiones depende de quien lo escriba, como es tú caso, que «caes» bien, ¡muy bien!
Un afectuoso saludo.