Mucho tiempo. Mucho tiempo ha pasado hasta llegar al momento donde nos encontramos ahora, rodando a través de diversas denominaciones y nombres; pero sobre todo luchando por un reconocimiento profesional.
Si nos paramos a mirar hacia atrás para observar cuál ha sido a lo largo de la historia de la enfermería en nuestro país la principal reivindicación, nos damos cuenta de que curiosamente no se trata de la mejora de las condiciones laborales, de conciliación, de horarios y ni siquiera de sueldo. La eterna pelea es el reconocimiento social y profesional: en su día los practicantes, luego los ATS, los DUEs y ahora los enfermeros (así, a secas). ¿Qué ocurre en la enfermería para que nos pasemos la vida buscando la manera de hacer ver y valer nuestra profesión? ¿haremos algo mal para que después de tantos años sigamos con el mismo motivo de lucha?
Es que el mundo no ha querido entender a la enfermería… O quizá es la enfermería quien no ha sabido decirle al mundo qué es lo que hace.
Pasamos por nuevas competencias y otras no tan nuevas que la enfermería ya venía haciendo pero que ahora la legislación recoge. Pero, ¿y cuándo se nos da la oportunidad de avanzar en esas reivindicaciones históricas que desde años se vienen haciendo? En ese momento en vez de explotar la mina de las oportunidades, nos apartamos a un lado y dejamos que vengan otros a explotarla, ¿nos da miedo?
Tenemos también nuevas facetas de la enfermería: formación de grado y postgrado, investigación, gestión… Son muchas las puertas que se nos han abierto pero que muchos se empeñan en cerrar. Sería fácil decirlo y dejarlo así: echar la culpa a otro. Pero la realidad es que al mirar hacia dentro, la propia enfermería no hace quizá lo suficiente por luchar para que no nos cierren esas puertas que tanto nos ha costado abrir.
Podemos poner como ejemplos cómo un sindicato se nos echó encima en la Comunidad de Madrid para evitar que los enfermeros pudieran ser Directores de Centros de Salud, o cómo en Cataluña hay una campaña orquestada para que desaparezcan en la emergencia extrahospitalaria las unidades de Soporte Vital Avanzado de enfermería. No nos vale sólo con echar la culpa a quien no quiere que la enfermería avance, debemos mirarnos a nosotros mismos y recapacitar sobre si la lucha por la visibilidad enfermera la estamos haciendo bien desde nuestros puestos de trabajo y unidades y si estamos luchando por no perder las nuevas competencias y roles que la enfermería va adquiriendo en el siglo XXI, como ilustra la imagen del encabezado: no sólo nos tapan la boca, sino que nosotros mismos nos tapamos los ojos.
Debemos inculcar la idea de que si la enfermería no realiza esa reivindicación para abrir nuevas puertas y evitar que nos cierren las ya abiertas, seguiremos durante otros 60 o 70 años avanzando sin rumbo fijo a la sombra de los demás y lo que conseguiremos serán unos «no roles», puesto que no habrá potencial ni capacidad para desarrollarlos.
Fernando Casado Álvarez
@Casado_F
Estoy completamente de acuerdo, si no cambiamos las cosas desde dentro es imposible que podamos cambiar las de fuera. Cuesta mucho cambiar la mentalidad de tantos años de evolución enfermera…