Reducir el desgaste de las enfermeras tratándolas tan bien como tratamos a los pacientes

Traducción de la entrada originalmente publicada en KevinMD el 15/1/16 by @AndoniCarrion

Portada del libro del autor original

El escándalo de la sanidad

Una de mis experiencias más memorables fue hace más de una década mientras trabajaba para un centro de Trauma de Nivel 1 en la Costa Este. Estaba sentado en la sala de estar durante una de mis pausas como coordinador de inventario cuando una enfermera entró. Simplemente le pregunté como le iba y ella se derrumbó en la silla de al lado llorando. Sorprendido por su reacción, le pregunté que qué pasaba y ella me contestó: “Acabo de perder a mi tercer paciente hoy”

El impacto de su experiencia personal me llamó la atención. Incluso hoy, mirando hacia atrás, no me puedo imaginar lo difícil que pudo ser ese día para ella. Hasta ese momento, mi única experiencia con la enfermería había sido como paciente.

Gravemente herido cuando estaba en servicio activo, fue una enfermera la que me atendió por primera vez y fue una enfermera la que me dio el alta del hospital. Una enfermera fue la responsable de todo mi cuidado durante mi estancia. Como un controlador aéreo, fue una enfermera la que coordinó mi cuidado tan bien como coordinaba el de muchos otros.

Lo que no sabia en aquel momento pero que aprendería una década más tarde es que la parte más importante del trabajo de enfermería está en los fallos del sistema. Más del 30 por ciento del tiempo de las enfermeras se consume a la caza, buscando y clarificando el trabajo y no en el cuidado del paciente. Esto no es a causa de ninguna persona o proceso, simplemente el cuidado del paciente ha evolucionado de esta manera con el tiempo.

Ha pasado ya más de una década y aquellas experiencias de estrés y desagrado todavía existen para las enfermeras. La realidad es que las organizaciones sanitarias/hospitales funcionan de tal manera que requieren que las enfermeras dediquen una mayor parte de su limitado tiempo y atenciones a diagnosticar necesidades del sistema que al cuidado del paciente.

A modo de ejemplo, las enfermeras luchan buscando gasas, suministros, equipamiento o esperando a aclarar prescripciones. Son todas estas necesidades ocultas y fallos del sistema los que añaden costes reales, y no el cuidado del paciente.

Sobrecargada, una sola enfermera puede estar cuidando hasta cinco o seis pacientes mientras lucha en un sistema que le está fallando. En los últimos años, los costes del sistema sanitario han conseguido generar atención y por una buena razón. El gasto sanitario ha crecido un 6% anual entre los años 2000 y 2007, una subida mucho más continua que la de la inflación o la de los salarios.

Los costes sanitarios futuros han sido, incluso, un asunto de seguridad – los aumentos en gasto sanitario están,  y lo harán incrementalmente, sacando dinero de los presupuestos militares. Se han escrito muchas historias escandalosas sobre los costes del sistema sanitario. Y mientras compartimos el escándalo americano de los costes del sistema sanitario, tenemos buenas noticias: el gasto sanitario se ha estabilizado en los últimos años.

A pesar de esta evolución en el gasto, hay un serio escándalo en el sistema sanitario – el peaje que el cuidado de la salud se cobra de la gente que lo sostiene. Las cargas de la regulación, las reducciones de costes y las iniciativas de calidad que recaen sobre las enfermeras, y otros clínicos, son innegables. El riesgo más grande, actual y futuro, del sistema sanitario, es la escasez de enfermeras y médicos.

Especialmente en enfermería, hay una creciente evidencia que el trabajo que se le está pidiendo a las enfermeras no es razonable y consecuentemente está sacando a la gente de la profesión; la escasez de recursos están incrementando aún más las cargas de trabajo y la factibilidad de médicos y enfermeras ya de por sí sobrecargados. En un reciente estudio en cuarenta unidades hospitalarias, más de un tercio de las enfermeras declaraban su intención de dejar su trabajo en el próximo año; poniendo de manifiesto agotamiento emocional y falta de realización personal, dos indicadores clave de desgaste “burnout” de las enfermeras.

Como ha demostrado la evidencia creciente, el desgaste de las enfermeras influye dramáticamente en como los paciente se sienten de satisfechos con su cuidado. El desarrollo de las enfermeras y su impacto en la calidad está determinado por muchos factores. Al final, sin embargo, todas las investigaciones sobre la calidad de los cuidados enfermeros indican la absoluta necesidad de que los departamentos de soporte den a las enfermeras con lo que necesitan o asumen que esos departamentos lo harán.

Dicho de otro modo, tratar a la enfermeras como clientes está en el centro de todo el trabajo a desarrollar sobre la calidad de los cuidados. La eficiencia – el modo en que los hospitales deben funcionar – crecerá en importancia a medida que la Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible1 se desarrolle y los ajustes a Medicare2 continúen. La eficiencia se igualará a la rentabilidad, sin esto las continuas presiones financieras aumentarán. Dejando solo dos opciones para los hospitales: abrir o cerrar.

COLIN BAIRD

  1. la ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible es el proyecto de ley impulsado por Barack Obama para transformar el sistema sanitario america. Puede leer mas en: https://es.wikipedia.org/wiki/Ley_de_Protección_al_Paciente_y_Cuidado_de_Salud_Asequible
  2. 2 Una de las medidas del presidente Obama fue aplicar recortes en los presupuestos dedicados a Medicare, el sistema de cobertura sanitaria para los estadounidenses sin cobertura privada. Puedes leer más en: https://en.wikipedia.org/wiki/United_States_budget_sequestration_in_2013
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2 comentarios

  1. EXCELENTE PUBLICACION Y TIENE RAZON, LO DIGO PORQUE SOY ENFERMERA!

  2. Hola. Soy enfermera nuestros cuidados hacia el paciente son humanizados pero el sitema no garantiza que la atencion sea de calidad.

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